
El viejo adagio “abril aguas mil” se ha hecho presente con fuerza durante estos últimos días, por lo que tener el cuidado suficiente en la conducción de nuestros vehículos, y de nuestros sistemas de frenos, es fundamental para evitar accidentes que pueden estar a la orden del día ante inclemencias climáticas.
Por eso en caso de lluvia, nieve o hielo conviene evitar frenazos, debido a que pueden provocar deslizamientos sobre la superficie fría o el aquaplining (patinazos en la ruta). Si aun así es necesario frenar abruptamente, es elemental que estos se encuentren en óptimas condiciones.
Consejos para evitar fallos en los frenos:
Controlar el estado de las pastillas cada 10 mil kilómetros.
Estar alerta ante variaciones como: la trayectoria al frenar, el recorrido del pedal, la falta de potencia y/o precisión al aplicar el freno, o el encendido de alerta de frenos en el panel frontal de navegación.
Comprobar el líquido de frenos. Sustituirlo cuando el punto de ebullición sea inferior a 165 °C.